miércoles, 3 de junio de 2015

Fascismo y nazi-onalismo texcocano


Una nación se conforma de una población  con homogeneidad en el idioma, la religión, la posición económica, las tradiciones y hasta en la economía. Un ejemplo cercano a esta teoría pueden ser  Alemania, Francia o Japón, o al menos así lo refiere el antropólogo mexicano, Manuel Gamio  en su obra Forjando Patria. 


En Texcoco, Estado de México, un nacionalismo con toque de fascismo, se promueve desde la clase en el poder, a través de mensajes políticos que poco ofrecen de razonamiento pero que si han logrado sembrar la semilla de la discriminación y el odio en una parte de la gente
 hacia mexicanos no precisamente nativos texcocanos pero mexicanos al fin.



¡Salvemos nuestras tierras de la invasión ¡ ¡Texcocano defiende lo tuyo! ¡No más partidos que se dicen ser del pueblo  ¡si eres texcocano tienes que votar por MORENA!  !Fuera fulano de Texcoco! !Yo Amo Texcoco! !No Más invasiones en Texcoco!, etc, etc.

Musicos de Santa Catarina del Monte
De acuerdo con la definición de Gamio, Texcoco no es una nación, pues en este territorio habitan más de 240 mil mexicanos con diferencias muy marcadas en el idioma, algunos hablan español, otros spanglish y una buena porción de nativos la lengua náhuatl;  la economía y el nivel de vida son dispares.  En las zonas de la montaña o la costa chica, conocida así por su cercanía al ex lago de Texcoco,  hay mexicanos sin agua potable, electricidad y drenaje. Sus casas  son viviendas muy antiguas o improvisadas.  Esta situación impide que haya bienestar para todos.

Portada de la Iglesia de Tulantongo 
Con relación a las tradiciones, en la montaña la gente aún tiene el náhuatl como lengua materna y un pensamiento de culto a la tierra, al agua, a la naturaleza,  además de un marcado sincretismo católico. En la zona centro el catolicismo y otras  tradiciones españolas son más evidentes como el culto a la virgen de Guadalupe, fiestas de Santiagos o moros y cristianos.





Su gobierno durante más de dos décadas ha sido unilateral pese a que en más de 15 años ha gobernado  la llamada izquierda, “defensora de los derecho de las clases pobres”, pero que a la fecha sólo ha fomentado el bienestar de su clase.  Gobiernos que sin conocer a la población han operado de la misma manera en todos sus niveles. Lo cual no es exclusivo de Texcoco sino de México en general.





El falso nacionalismo en Texcoco, mejor llamado Nazionalismo, no puede ser bien visto por los habitantes de este municipio,  ni aceptado, pues es un llamado a volvernos cómplices de la discriminación y de la exclusión social de migrantes. Decir o afirmar que en Texcoco todos somos texcocanos, descendientes de Nezahualcóyotl o de Quinatzin, es absurdo. Aquí vivimos  mestizos e indígenas de este municipio y de otros estados. Algunos llegaron hace 20 o 30 años, otros hace cinco o seis. Los nativos  habitan aquí desde tiempos inmemoriales y en muchos casos su sangre también se ha mezclado. 

Como toda zona cercana al Distrito Federal, Texcoco es un receptor constante del flujo migratorio del sur de México. El Consejo Nacional de Población (CONAPO) señala que el aumento de la migración a zonas conurbadas del Distrito Federal se intensificó a partir  de 1950 a 1970. Cuando la Ciudad de México no podía recibir más habitantes, los migrantes se resguardaron en 11 de los municipios más cercanos, entre ellos Texcoco.  Desde los 70s hasta la fecha,  Texcoco es un municipio de atracción para migrantes.

Así es que en este bello poblado habitan oaxaqueños, veracruzanos, guerrerenses, chiapanecos  y mexiquenses de otros municipios y miles de personas más que no son acolhuas sino mestizos, tal como sucede en todo el país.  Adoptar una actitud nacionalista, patriótica o fascista en un municipio que pertenece al territorio mexicano es cerrarnos las puertas, pues a cuál texcocano no le gusta viajar y conocer otras tierras,  otros méxicos y ser recibido con los brazos abiertos.

Sin duda, quienes lazan estos mensajes de odio y Nazionalismo texcocano, carecen de conciencia social, hacen caso omiso a las estadísticas con relación al origen de sus gobernados.  Lo hacen porque poco les interesa la paz social, sino únicamente seguir manteniendo el poder para sus beneficios personales y los de su clase. 

Porque la violencia ya ha permeado las capas más sensibles de nuestra sociedad con la desaparición de 43 jóvenes normalistas en Guerrero y las miles de desaparecidas en el Estado de México y miles de casos más, no permitamos que los políticos nos confronten. La paz de nuestro país está en nuestras manos.    


Abajo la manipulación mediática y psicológica. Como buenos texcocanos mejor estudiemos nuestra filosofía la de Nezahualcóyotl, una herencia cultural  de valor incalculable, de eso sí podemos sentirnos orgullosos.









1 comentario:

  1. dificilemnete podrán ser distintos los viejos texcocanos creen que texcoco es de ellos de nadie mas pero en verdad están muy equivocados y al tiempo saludos.

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